Ir al contenido principal

Lafcadio Hearn

Lafcadio Hearn (1850-1904)

Lafcadio Hearn , este raro y exquisito escritor conocido sobre todo por sus poéticos relatos de fantasmas japoneses, pasó unos años en Nueva Orleans ejerciendo de periodista. De esta época data su libro Chita: A Memory of Last Island (hay edición reciente en español con el título de Última isla). La historia está ambientada en una de las islas frente a la costa de Luisiana que se partió a consecuencia del devastador huracán de agosto de 1856. Hearn cuenta la historia de Chita, una niña que queda huérfana y es adoptada por un pescador de origen catalán de nombre Feliu Viosca.
En un momento determinado Hearn nos regala con este sorprendente fragmento de rutilante prosa: "En la costa de Luisiana hay regiones cuyo aspecto no parece del presente, sino de un pasado inmemorial; de esa época en la que largas y bajas extensiones de continente primigenio emergieron por primera vez para tomar forma por encima del mar silúrico. Para entregarnos a este sueño geológico, un día cualquiera, ardiente y sin brisa, simplemente necesitamos ignorar las protestas evolucionistas de unas cuantas asteres azules o de algunas flores heteróclitas del género Coryopsis, que porfían por desplegar sus raros destellos de color a través de la ondulación general de la caña silvestre y las hierbas anegadizas."

Comentarios

  1. Y cabe recordar el Romance de la Vía Láctea que leí hace ya mucho tiempo en Austral. Escribía muy bien.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. En Austral, por cierto, lo descubrí yo también.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Escritura y moral

  La primera obligación de un escritor es tratar todos los temas con la más elevada, la más digna y la más valiente de las disposiciones (...) El espíritu con el que se aborda un tema, un ingrediente relevante en cualquier tipo de literatura, es de absoluta importancia si hablamos de obras de ficción, reflexión o poesía, pues ahí no solo da color, sino que de por sí elige los hechos; no solo modifica, sino que conforma a la obra (...) No rechazamos una obra maestra aunque estemos preparados para detectar sus defectos; sobre todo, no nos preocupa encontrar sus defectos, sino sus méritos: Por supuesto no hay libro perfecto, ni siquiera en su concepción, pero no hay duda de que hay muchos que hacen disfrutar al lector, que le hacen mejorar en su vida o que le levantan el espíritu (...) En literatura, como en todo lo que hacemos, nunca podemos esperar la perfección. Lo único que cabe es hacer todo lo posible  porque así sea, y para ello solo hay una regla: lo que pueda hacerse despacio no

Un milagro de san Salvador de Horta

"Dos casados vizcaínos traxeron desde aquel reino a Horta una hija, que era sorda y muda de nacimiento; y poniéndola a los pies del venerable Fray Salvador, les dixo que estuviesen ocho días en la Iglesia orando a Nuestra Señora, y que después hablaría la muchacha. Pasados quatro días habló, pero en lengua catalana, conformándose con el idioma del territorio en que estaba. Entonces viendo hablar a la muda gritaron todos: Milagro , milagro . Pero sus padres como no entendían aquella lengua estaban descontentos, y levantando la voz decían que ellos no querían, ni pedían, que hablase su hija lengua catalana, sino vizcaína; y fueron a Fray Salvador, que le quitase la lengua catalana y le diese la vizcaína. Él les respondió: Vosotros proseguid la oración de los ocho días, que yo también continuaré la mía . Y cumplidos los ocho días, delante de los muchos que concurrieron a ver la novedad, dixo: Amigo, la Virgen Santísima quiere que la niña hable catalán mientras esté en el reino de Cat