Ir al contenido principal

Matute

Después de más de sesenta años escribiendo, le han dado el premio Cervantes a Ana María Matute. Ya era hora, se puede decir. O también: Más vale tarde que nunca. En cualquier caso, bien dado está.
A partir de La torre vigía (1971) -una rara avis en el espeso panorama literario de la época- la escritora catalana ha ido construyendo un mundo propio, lleno de imaginación y fantasía, con paraísos deshabiotados y muchos bosques donde habitan duendes, hadas y magos.
Ella misma: una maga de las palabras.
Enhorabuena.

Comentarios

  1. Desde hace una semana he visto entrevistas a esta escritora en varios medios, lo que ya me hizo suponer que esta vez tampoco Caballero Bonald sería distinguido con nada. No gustó el único libro que he leído de ella, pero así todo, trataré de hallar alguna/s novela/s de más enjundia. Lo que si es cierto, es que ver hoy en El Mundo a L.Etchebarría, E.Freire y S.Puértolas como defensoras de su literatura, me ha desanimado un poco. Eso sí, acepto sugerencias con algún título. Dicho esto, sin ánimo de crear incomodidad en estas maravillosas columnas. D.A.M.

    ResponderEliminar
  2. En realidad hay dos Matutes. Una es la de la primera época, con novelas de corte realista, en las que a menudo asoma la sombra de la Guerra Civil y sus consecuencias. De esta época yo escogería Los hijos muertos y Primera memoria. La otra Matute es la de los mundos imaginarios de reminiscencias medievales. Ejemplo: Olvidado rey Gudú, tal vez su obra más conocida de esta categoría. Pero tiene que gustarte este tipo de literatura fantástica. No hay que olvidar, tampoco, sus libros de carácter autobiográfico, El río, por ejemplo; o sus cuentos. Hay donde escoger. Pero todo depende, como siempre, de una cuestion de gustos.
    En cuanto a las "defensoras" que mencionas, hay que suponer que prevalecen más razones de coleguismo feminista que no afinidades con su escritura.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Un milagro de san Salvador de Horta

"Dos casados vizcaínos traxeron desde aquel reino a Horta una hija, que era sorda y muda de nacimiento; y poniéndola a los pies del venerable Fray Salvador, les dixo que estuviesen ocho días en la Iglesia orando a Nuestra Señora, y que después hablaría la muchacha. Pasados quatro días habló, pero en lengua catalana, conformándose con el idioma del territorio en que estaba. Entonces viendo hablar a la muda gritaron todos: Milagro , milagro . Pero sus padres como no entendían aquella lengua estaban descontentos, y levantando la voz decían que ellos no querían, ni pedían, que hablase su hija lengua catalana, sino vizcaína; y fueron a Fray Salvador, que le quitase la lengua catalana y le diese la vizcaína. Él les respondió: Vosotros proseguid la oración de los ocho días, que yo también continuaré la mía . Y cumplidos los ocho días, delante de los muchos que concurrieron a ver la novedad, dixo: Amigo, la Virgen Santísima quiere que la niña hable catalán mientras esté en el reino de Cat

Simpson

George Gaylord Simpson (1902-1984) George Gaylord Simpson fue sin duda uno de los importantes paleontólogos del siglo XX, especialista en mamíferos fósiles, gran teórico evolucionista y experto lingüista. Después de su muerte, su hija descubrió  entre sus papeles el manuscrito de un relato de ciencia-ficción escrito en los años setenta y titulado The Dechronization of Sam Magruder . Se publicó en 1996, con prólogo de Arthur C. Clarke y epílogo de Stephen Jay Gould. Fue traducido al castellano por María Belmonte y publicado al año siguiente por la editorial Mondadori con el título Entre dinosaurios . El relato de Simpson narra las peripecias de un "cronólogo", Samuel Magruder, que en 2162, y gracias a un proceso de su invención conocido como "descronización", viaja nada menos que ochenta millones de años atrás, o sea, al período cretácico. Magruder es consciente de que es el único humano en un valle poblado de gorgosaurios, celurosaurios, tiranosaurios y otros