(Maximino San Miguel de la Cámara, Estudio de las rocas eruptivas de España, 1936)
Sabedor de que gran parte de la Costa Brava es de naturaleza granítica -casi seguro que había consultado la Geografia física de Catalunya (1934) de Marcel Chevalier y el Curs de geología dinámica i estratigráfica aplicada a Catalunya (1926), de Norbert Font i Sagué- , a veces se atreve a entrar en detalles; p. ej. cuando menciona los "granitos grisáceos (ull de serp)" o los "granitos y feldespatos" del cabo de Sant Feliu (lo que demuestra que ha leído sobre el tema, pero que a efectos literarios tanto da rocas como minerales). En Tamariu "las montañas... bajan suavemente y la falda dibuja una ondulación que muere muellemente en las rocas basálticas -rosados de las rocas, espuma blanca- que afloran al agua." En realidad no se trata de basaltos, si no que debe referirse a alguna de las muchas rocas filonianas de color oscuro, de tipo lamprófido, que atraviesan la masa granítica.
Más acertado está Pla en cuanto llega a la península del cabo de Creus y la naturaleza del terreno cambia radicalmente. Antes de llegar a Cadaqués empiezan "las pizarras obscuras (llècols y llicorelles), estas planchas de rocas superpuestas, a veces muy delgadas, de colores plomizos o achocolatados..." Esta es la "geología" que proporciona a esta parte del litoral de la Costa Brava su "sopor mineralógico".
Comentarios
Publicar un comentario