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Pla y la geología de la Costa Brava

Diques de lamprófido (camptonita) entre Begur y Fornells, Costa Brava
(Maximino San Miguel de la Cámara, Estudio de las rocas eruptivas de España, 1936)

Josep Pla solía emplear el término "geología" para definir un paisaje desnudo, formado por roca pura y dura, sin presencia de la intervención humana. En su libro Costa Brava. Guía general y verídica (1941), dicho vocablo y derivados aparecen con cierta frecuencia con diferentes matices. Así, al mencionar una cueva se refiere a ella como "de interés meramente geológico"; o cuando apunta que "la costa, como si se hubiera fatigado un poco del continuo do de pecho geológico..."
Sabedor de que gran parte de la Costa Brava es de naturaleza granítica -casi seguro que había consultado la Geografia física de Catalunya (1934) de Marcel Chevalier y el Curs de geología dinámica i estratigráfica aplicada a Catalunya (1926), de Norbert Font i Sagué- , a veces se atreve a entrar en detalles; p. ej. cuando menciona los "granitos grisáceos (ull de serp)" o los "granitos y feldespatos" del cabo de Sant Feliu (lo que demuestra que ha leído sobre el tema, pero que a efectos literarios tanto da rocas como minerales). En Tamariu "las montañas... bajan suavemente y la falda dibuja una ondulación que muere muellemente en las rocas basálticas -rosados de las rocas, espuma blanca- que afloran al agua." En realidad no se trata de basaltos, si no que debe referirse a alguna de las muchas rocas filonianas de color oscuro, de tipo lamprófido, que atraviesan la masa granítica.
Más acertado está Pla en cuanto llega a la península del cabo de Creus y la naturaleza del terreno cambia radicalmente. Antes de llegar a Cadaqués empiezan "las pizarras obscuras (llècols y llicorelles), estas planchas de rocas superpuestas, a veces muy delgadas, de colores plomizos o achocolatados..." Esta es la "geología" que proporciona a esta parte del litoral de la Costa Brava su "sopor mineralógico".

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