Ir al contenido principal

Exposición bibliográfica

Bajo el lema Las horas de los libros se exhibe estos días en Oviedo, en la sala de exposiciones del Banco Herrero, una muestra de libros pertenecientes a instituciones públicas y colecciones privadas asturianas. La exposición abarca desde incunables a ejemplares del siglo XIX. Destaca, por sus aportaciones, la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, la institución pública con mayor número de tesoros bibliográficos, pese a los incendios y cuantiosas pérdidas producidas durante la revolución de 1934 y la guerra civil.
Dos ejemplares expuestos pertenecen al fondo antiguo de la Facultad de Geología: Historia Naturalis Testaceorum Britaniae, or The British Conchology (Londres, 1778), de Emmanuel Mendes da Costa, primera edición a cuenta del autor; y Recherches sur les ossemens fossiles... (París, 1822), de Georges Cuvier, obra capital de la paleontología de vertebrados.
Haciendo un repaso por los diferentes expositores uno se percata de que las técnicas de impresión han ido avanzando a lo largo del tiempo hacia cotas de gran belleza formal, cuyo punto culminante, en mi opinión, comprende desde el último tercio del siglo XVIII hasta mediados del XIX. En España este período incluiría las esplédidas obras salidas de las prensas de Ibarra, Sancha o Monfort a las majestuosas, con litografías, de la etapa romántica.
Ahora bien, si tuviera que escoger un ejemplar, solo uno, de los que allí hay expuestos, seguramente elegiría el de las Obras de Quinto Horacio Flaco, impreso en Parma por Giambarttista Bodoni en 1791. ¡Qué sobriedad! ¡Qué elegancia!

Comentarios

Entradas populares

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Antillón

  Con el placer de costumbre leo en Lecturas y pasiones (Xordica, 2021), la más reciente recopilación de artículos de José Luis Melero, una referencia al geógrafo e historiador Isidoro de Antillón y Marzo, nacido y muerto en la localidad turolense de Santa Eulalia del Campo (1778-1814). Antillón fue un ilustrado en toda regla, liberal en lo político, que difundió sus ideas, entre ellas el antiesclavismo, a través de diversas publicaciones. Sus obras más relevantes son las de carácter geográfico, entre las que destaca Elementos de la geografía astronómica, natural y política de España y Portugal (1808). En esta obra se muestra crítico con otros geógrafos españoles (caso de Tomás López) y con los extranjeros que escribían sobre España (a excepción del naturalista Guillermo Bowles). Gracias a Jovellanos Antillón llegó a ser elegido diputado por Aragón en las Cortes de Cádiz. A su amigo y protector le dedicó Noticias históricas de D. Gaspar Melchor de Jovellanos , impreso en Palma de Mall