Ir al contenido principal

Un caso de biblioclastia


Recibo de un amigo noticia de un curioso caso de biblioclastia. El libro fue adquirido en una librería de lance del barcelonés barrio de Gràcia. Se trata de un ejemplar de 300 poemas, de Juan Ramón Jiménez (Paza y Janés, 1985?). Faltan las páginas del principio y empieza en la página 7. Uno de sus antiguos poseedores había recortado, metódica y sistemáticamente, todas las páginas por los márgenes en blanco, salvando justo la parte escrita, incluida la numeración. De esta forma, cada hoja tiene su propio perfil. Las cubiertas de cartoné las había respetado, pero al llegar con la herramienta a la parte inferior del lomo, donde las páginas estaban pegadas, había arrancado el papel sobrante, dejando así una especie de muñón centrado arriba y abajo.
Josep Maria Sans, el amigo en cuestión, añade lo siguiente:
"Da grima imaginarse al verdugo y la operación -larga operación, que debió repitir 140 veces-; se cebó, pero no con furor, sino con delectación. No puedo dejar de verlo debajo de una bombilla de 15 vatios sin pantalla, cagada por las moscas, encorvado sobre la víctima, los ojos muy abiertos, la sonrisa aviesa, los dientes amarillos, con barba de unos cuantos días. Experto en el corte, usaría hojas de afeitar, navaja o bisturí: no creo que fueran tijeras. En el cuarto silencioso solo se debía oir el sonido del corte y la respiración lenta (...) ¿Este sádico sacrificio del espacio en blanco, de la superficie no impresa, sería un ritual cruento contra el horror vacui encarnado en el espacio vacío? ¿Salvaba la letra por ser letra o por ser poesía? ¿Se lo iba leyendo mientras lo hacía? ¿Había hecho otras mutilaciones así? ¿SÓLO HABÍA MUTILADO LIBROS...? No lo sabremos nunca; mejor no saberlo."
El caso, ciertamente, nos deja muchos interrogantes.

Comentarios

  1. Uf, sí es verdad que da un poco de miedo. ¿Se comería los trozos sobrantes? Quizá era un bibliófago, ya sabes...
    Un abrazo: JLP

    ResponderEliminar
  2. Fue un ex trostkista liberado de Poble Sec. Se reía en privado de los posadistas y luego escribía angustiosos novelones existencialistas de la facción checobarcelonesa.
    Cuando dejó de ser un revolucionario se convirtió en semiasistente social y educador de calle , ergo en un asaltacunas , un gorrón de drogas y prestamista eterno de música , libros y enseres domésticos. Se hacía llamar How , pronúnciese en comanche.
    El libro lo mutilaba para esconderlo en un archivador mientras soñaba con Chiapas en un centro de día de salud mental.
    Quería ser poeta pero los trataba con inquina , a los vivos y a los muertos , vaya usted a saber porqué.
    Un buen día se fue a Venezuela o a Guatemala , no recuerdo, lo último que sé es que reclamó a Iberia la maleta , pero según algunos a ellos les dijo que se colaría de polizón en un mercante de la ZIM...
    Por JRJ sentía una pasión enfermiza.

    P.D.
    A Rabinad le compré muchos libros, sólo me habló una vez , la primera. Compré La caída de Camus , en Losada . Me miró, " sorneguer ", y lleno de algo parecido a la piedad y me dijo : " Nen , això et farà mal . "
    Descanse en paz.

    ResponderEliminar
  3. JLP: ¿Bibliófago? Puede ser. Ya sabemos que la realidad supera a la ficción (en este caso la mía).
    Arcadi: no está mal esta biografía inventada para el biblioclasta. Como mínimo da para un buen relato corto.
    Rabinad sabía lo que decía.
    Un abrazo a los dos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Escritura y moral

  La primera obligación de un escritor es tratar todos los temas con la más elevada, la más digna y la más valiente de las disposiciones (...) El espíritu con el que se aborda un tema, un ingrediente relevante en cualquier tipo de literatura, es de absoluta importancia si hablamos de obras de ficción, reflexión o poesía, pues ahí no solo da color, sino que de por sí elige los hechos; no solo modifica, sino que conforma a la obra (...) No rechazamos una obra maestra aunque estemos preparados para detectar sus defectos; sobre todo, no nos preocupa encontrar sus defectos, sino sus méritos: Por supuesto no hay libro perfecto, ni siquiera en su concepción, pero no hay duda de que hay muchos que hacen disfrutar al lector, que le hacen mejorar en su vida o que le levantan el espíritu (...) En literatura, como en todo lo que hacemos, nunca podemos esperar la perfección. Lo único que cabe es hacer todo lo posible  porque así sea, y para ello solo hay una regla: lo que pueda hacerse despacio no

Un milagro de san Salvador de Horta

"Dos casados vizcaínos traxeron desde aquel reino a Horta una hija, que era sorda y muda de nacimiento; y poniéndola a los pies del venerable Fray Salvador, les dixo que estuviesen ocho días en la Iglesia orando a Nuestra Señora, y que después hablaría la muchacha. Pasados quatro días habló, pero en lengua catalana, conformándose con el idioma del territorio en que estaba. Entonces viendo hablar a la muda gritaron todos: Milagro , milagro . Pero sus padres como no entendían aquella lengua estaban descontentos, y levantando la voz decían que ellos no querían, ni pedían, que hablase su hija lengua catalana, sino vizcaína; y fueron a Fray Salvador, que le quitase la lengua catalana y le diese la vizcaína. Él les respondió: Vosotros proseguid la oración de los ocho días, que yo también continuaré la mía . Y cumplidos los ocho días, delante de los muchos que concurrieron a ver la novedad, dixo: Amigo, la Virgen Santísima quiere que la niña hable catalán mientras esté en el reino de Cat