Empecé a leer a Baltasar Porcel a finales de los años sesenta, en sus artículos publicados en Destino y La Vanguardia. Els argonautes (1968) y Difunts sota els ametllers en flor (1970) fueron las dos primeras novelas que leí de él. Allí aparecía su natal Andratx y sus variopintos personajes: contrabandistas, aventureros, marineros... que conforman uno de los territorios literarios más sugerentes de la literatura catalana del siglo XX. Luego vino Cavalls cap a la fosca (1975), otra gran novela. Sus posteriores obras, sin embargo, ambientadas en escenarios más internacionales o cosmopolitas, me interesaron menos. En cualquier caso, era un escritor de gran nervio narrativo, muy mediterráneo. Descanse en paz.
DE MUJER A AMANTE Soy fuego encalmado en agua, una ola que se eleva del abismo. En mis venas la marea atraída por la luna se alza en un árbol de flores esparcidas en espuma de mar. Soy aire atrapado en una red, el pájaro profético que canta en un cielo reflejado. Soy un sueño antes de la nada, soy una corona de estrellas, soy la forma de morir. (Kathleen Raine, Collected Poems 1935-1980 , Allen & Unwin, 1981. Traducción: J.O.) (Nota: Este blog, como viene siendo habitual en verano, se toma un descanso de aproximadamente un mes. Que pasen un buen y saludable verano.)
Parece que algunos de sus editores lo considera digno del Nobel, según leo hoy en la prensa. Saludos.
ResponderEliminarNo sé si digno del Nobel, pero sí un excelente narrador. No es poca cosa.
ResponderEliminarSaludos.