Empecé a leer a Baltasar Porcel a finales de los años sesenta, en sus artículos publicados en Destino y La Vanguardia. Els argonautes (1968) y Difunts sota els ametllers en flor (1970) fueron las dos primeras novelas que leí de él. Allí aparecía su natal Andratx y sus variopintos personajes: contrabandistas, aventureros, marineros... que conforman uno de los territorios literarios más sugerentes de la literatura catalana del siglo XX. Luego vino Cavalls cap a la fosca (1975), otra gran novela. Sus posteriores obras, sin embargo, ambientadas en escenarios más internacionales o cosmopolitas, me interesaron menos. En cualquier caso, era un escritor de gran nervio narrativo, muy mediterráneo. Descanse en paz.
El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí. En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra
Parece que algunos de sus editores lo considera digno del Nobel, según leo hoy en la prensa. Saludos.
ResponderEliminarNo sé si digno del Nobel, pero sí un excelente narrador. No es poca cosa.
ResponderEliminarSaludos.