Hace unos días me enteré, por el artículo publicado en El Periódico ("Muerte de un traductor", de Silvia Cruz Lapeña) de la muerte, a finales del pasado mes de abril, de José Manuel Álvarez Flórez. Había nacido en Cangas del Narcea (Asturias) en 1939, aunque pronto se trasladó a Barcelona donde desarrolló durante décadas una ingente labor como traductor del inglés. A mediados de los años setenta se dio a conocer como narrador con Autoejecución y suelta de animales internos (Júcar, 1975) y Girar de anarcos (Muchnik, 1981), dos novelas en la línea experimental en boga en aquela época. Más tarde publicaría El delirio de Conan y otros relatos (Muchnik, 1990). Como traductor trabajó para varias editoriales, entre las que se cuentan, a parte de Muchnik, Acantilado y Anagrama. Tradujo a un gran número de autores: Faulkner, Scott Fitzgerald, Steinbeck, Capote, Doris Lessing, E. M. Foster, Vonnegut, Bukowsky, John Kennedy Toole, Le Carré, Oliver Sacks, Tom Wolfe, etc. La Bibli
La labor del científico es buscar verdades; la del político, luchar por las libertades de todos (no sólo de los más fuertes y poderosos). Un sumatorio de verdades es una aproximación a la verdad (análogamente, un sumatorio de libertades).
ResponderEliminarLa Verdad y la Libertad son ideas sobre las que ´tan solo podemos teorizar; esa es la magna labor del filósofo (y no caigamos en el error de pensar que es ello una tarea inútil).
Bernardo Rivero Taravillo (http://devenirdelaciencia.blogspot.com)
No me acuerdo ahora quien fue el que dijo que la misión de un científico no es buscar la verdad, sino enmendar el error (o sea, buscar, como tu dices, "verdades"). Por aquí, creo, que van las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo.