Era un panorama extraño. En Barcelona, la habitual multitud nocturna paseaba Rambla abajo entre controles de policía regularmente repartidos, y la habitual bomba que explotaba en algún edificio inacabado (a causa de la huelga de los obreros de la construcción) parecía arrojar desde las calles laterales perqueñas riadas de gente nerviosa a la Rambla. Los carteristas, apaches, sospechosos vendedores ambulantes y relucientes mujeres que normalmente pueden verse en las callejuelas se infiltraban entre las buenas familias burguesas, las brigadas de obreros de rostro endurecido, las tropillas de estudiantes y jóvenes que deambulaban por la ciudad. La multitud se desparramaba lentamente por la Rambla, como un río de corriente oscura y crecida. Apareció un ejército de detectives, de bolsillos abultados, apostados en cada café, vagueando por la Rambla y enganchando, de un modo vengativamente suspicaz, a algunos transeúntes elegidos por alguna singular razón, hasta el punto de que incluso esta
La labor del científico es buscar verdades; la del político, luchar por las libertades de todos (no sólo de los más fuertes y poderosos). Un sumatorio de verdades es una aproximación a la verdad (análogamente, un sumatorio de libertades).
ResponderEliminarLa Verdad y la Libertad son ideas sobre las que ´tan solo podemos teorizar; esa es la magna labor del filósofo (y no caigamos en el error de pensar que es ello una tarea inútil).
Bernardo Rivero Taravillo (http://devenirdelaciencia.blogspot.com)
No me acuerdo ahora quien fue el que dijo que la misión de un científico no es buscar la verdad, sino enmendar el error (o sea, buscar, como tu dices, "verdades"). Por aquí, creo, que van las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo.