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Piedras del sueño de Polífilo

La Hypnerotomachia Poliphili o Sueño de Polífilo (Venecia, 1499), atribuido a Francesco Colonna, es uno de los libros más extraños y enigmáticos que se hayan escrito nunca. Además, la edición príncipe del impresor Aldo Manuzio, con sus espléndidas xilografías, pasa por ser uno de los más bellos libros jamás editados.
El sueño de Polífilo es una amalgama de conocimientos varios: arqueológicos, arquitectónicos epigráficos…y también gemológicos. A lo largo del libro se enumeran gran cantidad de gemas, piedras semipreciosas y rocas ornamentales.
He aquí una lista, no exhaustiva, de algunas de ellas:
Granito rojo de Tebas, mármol, piedra númida, obsidiana, piedra de Paros, piedra lacónica, pórfido, ágata, turquesa, cinabrio, ónice, sardónice, ofita, alabastro, piedra lacedemonia, creta de Trípoli, jaspe, calcedonia, piedra galactita, piedra de Armenia, amatista, lapislázuli, granate, piedra eusebes, ámbar, carbunclo, diamante, berilo, topacio, zafiro, jacinto, rubí, heliotropo verde de Chipre, asbesto, ceraunio lusitano azul, selenita verde de Persia, piedra dionisia negra, esmeralda escita, topacio de Arabia, crisólito etíope, piedra serpentina, piedra Pilates, piedra augúster, magnetita, balaje, albayalde, mármol migdonio, piedra sinoquita, bórax, piedra chernita, hexaconthalito, crisoprasa, atizol, coaspite, paragonio, piedra espartopolia, hieratita, cetionide… Maravillosos nombres, la mayoría perdidos.
De España cita dos especímenes curiosos: la piedra pómez de Tarragona (de hecho no hay pumitas en Tarragona, por lo que puede que se trate de algún tipo de piedra tosca) y la piedra de Segóbriga, “invulnerable al paso del tiempo”, que sin duda es el yeso especular o lapis specularis que ya explotaban los romanos). Resulta curioso, sin embargo, que no cite el famoso brocatel o mármol brocatello, usado como piedra decorativa desde la antigüedad y que se extraía de canteras cercanas a Tortosa.

Comentarios

  1. A este sí lo tengo controlado. Su libro es también un apoyo para la historia del jardín, aunque mucho menos avanzado de lo que suele creerse: para cuando Colonna lo escribió Alberti y Bramante ya había hecho de las suyas y el nuevo modelo de jardín (al que hoy llamamos renacentista) estaba ya implantándose en toda Italia. Colonna describe lo que recuerda haber visto sin proponer nuevas tendencias estéticas. Las xilografías, por su parte, son muy expresivas (basta recordar la de Príapo, que era uno de los dioses del jardín, por su fertilidad) pero sólo reflejan modelos de jardín medieval. Siempre me he preguntado si no se copiarían o se adaptarían de algún tratado jardinero o arquitectónico más antiguo.
    Gracias por estas "píldoras" tan ilustradas e ilustrativas.
    Un abrazo.

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  2. En realidad, todo el libro tiene un aire irreal, de misteriosa fantasía, que es lo que a la postre cuenta.
    Por cierto, mi próximo post creo que también te interesará.
    Un abrazo.

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  3. Yo siempre quise ser Aldo Manuzio...

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  4. Amigo Conde-duque, yo me contentaría con tener un Aldo Manuzio...

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  5. Curiosamente esta mañana he estado en dos de esas canteras de Tortosa, hace años que ya no son productivas o rentables. En esta ciudad, el brocatel se extrae de las llamadas "pedreras (canteras) de La Cinta" porque así se llama la Virgen de Tortosa que tiene una capilla barroca en su honor con este material.
    Felicidades por el blog.

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