Cuando era niño solían regalarme unos libros minúsculos, muy de moda entonces, pertenecientes a la llamada “Enciclopedia Pulga”. Uno de estos ”pulga” se titulaba Hurgando en las entrañas de
Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro. El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de
Pues te queda otro comentario sobre la edad animikiana...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Enciclopedia Pulga! ¡Abel Esquiroz! ¡Noel Clarasó, Francisco Vicens! Autores de la casa hoy olvidados. Una colección de minúsculos volúmenes en su tamaño físico y en su rigor. Unos tomitos para mí perdidos para siempre tras múltiples traslados y breves estancias en inhóspitos lugares. A veces me pregunto si materiales de ese fuste fueron los responsables de mi amor por los libros y de una determinada carrera literaria.
ResponderEliminarPor suerte, amigo Ferrer Lerín, todavía conservo unos cuantos "pulgas", entre ellos "La isla del tesoro", con el que descubrí a Stevenson. Estas cosas no se olvidan. Ah, y ¡aquellas portadas ilustradas por Coll o Chacopino! Todavía tengo algunas en mente.
ResponderEliminarEn cuanto a hacer un comentario sobre la edad animikiana, no sería mala idea.
Un abrazo a los dos.
Nunca olvidé los pequeños libros "pulga" que compraba mi tía hace medio siglo y que yo ordenaba cuidadosamente. Recuerdo sus atractivas portadas: "Miguel Ángel", "Misterios de Ultratumba",entre tantas otras que despertaban mi curiosidad infantil.
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