Cuando era niño solían regalarme unos libros minúsculos, muy de moda entonces, pertenecientes a la llamada “Enciclopedia Pulga”. Uno de estos ”pulga” se titulaba Hurgando en las entrañas de
"Dos casados vizcaínos traxeron desde aquel reino a Horta una hija, que era sorda y muda de nacimiento; y poniéndola a los pies del venerable Fray Salvador, les dixo que estuviesen ocho días en la Iglesia orando a Nuestra Señora, y que después hablaría la muchacha. Pasados quatro días habló, pero en lengua catalana, conformándose con el idioma del territorio en que estaba. Entonces viendo hablar a la muda gritaron todos: Milagro , milagro . Pero sus padres como no entendían aquella lengua estaban descontentos, y levantando la voz decían que ellos no querían, ni pedían, que hablase su hija lengua catalana, sino vizcaína; y fueron a Fray Salvador, que le quitase la lengua catalana y le diese la vizcaína. Él les respondió: Vosotros proseguid la oración de los ocho días, que yo también continuaré la mía . Y cumplidos los ocho días, delante de los muchos que concurrieron a ver la novedad, dixo: Amigo, la Virgen Santísima quiere que la niña hable catalán mientras esté en el reino de Cat
Pues te queda otro comentario sobre la edad animikiana...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Enciclopedia Pulga! ¡Abel Esquiroz! ¡Noel Clarasó, Francisco Vicens! Autores de la casa hoy olvidados. Una colección de minúsculos volúmenes en su tamaño físico y en su rigor. Unos tomitos para mí perdidos para siempre tras múltiples traslados y breves estancias en inhóspitos lugares. A veces me pregunto si materiales de ese fuste fueron los responsables de mi amor por los libros y de una determinada carrera literaria.
ResponderEliminarPor suerte, amigo Ferrer Lerín, todavía conservo unos cuantos "pulgas", entre ellos "La isla del tesoro", con el que descubrí a Stevenson. Estas cosas no se olvidan. Ah, y ¡aquellas portadas ilustradas por Coll o Chacopino! Todavía tengo algunas en mente.
ResponderEliminarEn cuanto a hacer un comentario sobre la edad animikiana, no sería mala idea.
Un abrazo a los dos.
Nunca olvidé los pequeños libros "pulga" que compraba mi tía hace medio siglo y que yo ordenaba cuidadosamente. Recuerdo sus atractivas portadas: "Miguel Ángel", "Misterios de Ultratumba",entre tantas otras que despertaban mi curiosidad infantil.
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