Ir al contenido principal

Taconita

Cuando era niño solían regalarme unos libros minúsculos, muy de moda entonces, pertenecientes a la llamada “Enciclopedia Pulga”. Uno de estos ”pulga” se titulaba Hurgando en las entrañas de la Tierra, y su autor era Abel Esquiroz, un todoterreno que también tenía otros variopintos títulos en dicha colección. El citado librito iba de de recursos naturales, minerales y energéticos, y en él se mencionaba un mineral de hierro de Minnesota llamado taconita, cuya explotación constituía “uno de los mayores progresos realizados por el hombre en la explotación del hierro”. Yo no había oído hablar nunca de la taconita, pero aquello excitó mi imaginación hasta el punto de inventarme –influencias de los tebeos- un superhéroe llamado Rocaman, el cual necesitaba la taconita para poder desplegar sus fantásticas habilidades. Su gran enemigo era un malvado magnate, llamado Zador (sí, anagrama de mi apellido) el cual pretendía hacerse con toda la producción de taconita del mundo para quitarle a Rocaman sus poderes. En fin, la cosa no pasó a mayores, afortunadamente, pero cuando empecé a estudiar la carrera de Ciencias Geológicas consulté el voluminoso Tratado de Mineralogía de Klockmann y Ramdohr, para saber más sobre la taconita, pero allí no figuraba. ¿Cómo era posible? ¿Se la habría inventado el tal Esquiroz?. La duda se resolvió poco después cuando se me ocurrió consultar el Diccionario de Geología y ciencias afines de la Editorial Labor. Allí sí que estaba la taconita; pero no en la sección de Mineralogía, sino en la de Petrografía, pues se trata de una roca silícea: “Nombre local que se usa en el distrito del Lago Superior (Estados Unidos) para un pedernal ferruginoso de edad animikiana”. La taconita, pues, no era ninguna fantasía, existía de verdad y Esquiroz no mentía; pero eso de la edad animikiana, no dejaba de tener su misterio...

Comentarios

  1. Pues te queda otro comentario sobre la edad animikiana...
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. ¡Enciclopedia Pulga! ¡Abel Esquiroz! ¡Noel Clarasó, Francisco Vicens! Autores de la casa hoy olvidados. Una colección de minúsculos volúmenes en su tamaño físico y en su rigor. Unos tomitos para mí perdidos para siempre tras múltiples traslados y breves estancias en inhóspitos lugares. A veces me pregunto si materiales de ese fuste fueron los responsables de mi amor por los libros y de una determinada carrera literaria.

    ResponderEliminar
  3. Por suerte, amigo Ferrer Lerín, todavía conservo unos cuantos "pulgas", entre ellos "La isla del tesoro", con el que descubrí a Stevenson. Estas cosas no se olvidan. Ah, y ¡aquellas portadas ilustradas por Coll o Chacopino! Todavía tengo algunas en mente.
    En cuanto a hacer un comentario sobre la edad animikiana, no sería mala idea.
    Un abrazo a los dos.

    ResponderEliminar
  4. Nunca olvidé los pequeños libros "pulga" que compraba mi tía hace medio siglo y que yo ordenaba cuidadosamente. Recuerdo sus atractivas portadas: "Miguel Ángel", "Misterios de Ultratumba",entre tantas otras que despertaban mi curiosidad infantil.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Un milagro de san Salvador de Horta

"Dos casados vizcaínos traxeron desde aquel reino a Horta una hija, que era sorda y muda de nacimiento; y poniéndola a los pies del venerable Fray Salvador, les dixo que estuviesen ocho días en la Iglesia orando a Nuestra Señora, y que después hablaría la muchacha. Pasados quatro días habló, pero en lengua catalana, conformándose con el idioma del territorio en que estaba. Entonces viendo hablar a la muda gritaron todos: Milagro , milagro . Pero sus padres como no entendían aquella lengua estaban descontentos, y levantando la voz decían que ellos no querían, ni pedían, que hablase su hija lengua catalana, sino vizcaína; y fueron a Fray Salvador, que le quitase la lengua catalana y le diese la vizcaína. Él les respondió: Vosotros proseguid la oración de los ocho días, que yo también continuaré la mía . Y cumplidos los ocho días, delante de los muchos que concurrieron a ver la novedad, dixo: Amigo, la Virgen Santísima quiere que la niña hable catalán mientras esté en el reino de Cat

Simpson

George Gaylord Simpson (1902-1984) George Gaylord Simpson fue sin duda uno de los importantes paleontólogos del siglo XX, especialista en mamíferos fósiles, gran teórico evolucionista y experto lingüista. Después de su muerte, su hija descubrió  entre sus papeles el manuscrito de un relato de ciencia-ficción escrito en los años setenta y titulado The Dechronization of Sam Magruder . Se publicó en 1996, con prólogo de Arthur C. Clarke y epílogo de Stephen Jay Gould. Fue traducido al castellano por María Belmonte y publicado al año siguiente por la editorial Mondadori con el título Entre dinosaurios . El relato de Simpson narra las peripecias de un "cronólogo", Samuel Magruder, que en 2162, y gracias a un proceso de su invención conocido como "descronización", viaja nada menos que ochenta millones de años atrás, o sea, al período cretácico. Magruder es consciente de que es el único humano en un valle poblado de gorgosaurios, celurosaurios, tiranosaurios y otros