Ir al contenido principal

Geología de Región

La Sierra de Región (…) se levanta como un postrer suspiro calcáreo de los Montes Aquilanos, un gesto de despedida hacia sus amigos continentales, antes de perderse y ocultarse entre las digitaciones portuguesas.” De esta forma, con tintes antropomórficos (“postrer suspiro”, “amigos”), empieza la descripción geológica del mítico espacio de ficción, escenario de la novela Volverás a Región (1967) de Juan Benet. A lo largo de casi cuatro páginas el autor se demora en revelarnos de una forma pretendidamente científica los principales rasgos topográfico-geológicos de la comarca regionata. Los Montes Aquilanos, al sur de la comarca de El Bierzo, es una de las pocas referencias geográficas en el texto que nos permiten una marcación de los borrosos límites de Región. A partir de aquí los rasgos geológicos solo permiten situar el enclave de Región en una zona indeterminada del noroeste de la península.
Benet hace uso de una terminología geológica deudora de la teoría del geosinclinal imperante a mediados de los años cincuenta (la tectónica de placas está aún gestándose y no se difundirá hasta los setenta), aprendida sin duda en las clases de Clemente Sáenz García, catedrático de Geología en la Escuela de Caminos. Así, expresiones como sólido hipogénico, paroxismo herciniano, antepaís, cratones, sistema multivario de pliegues, alternan con nombres de los períodos paleozoicos (carbonífero, silúrico, devónico), pisos (estafaniense, westfaliense) y rocas (cuarcitas, pizarras, gneises, calizas, pudingas, gredas). Curiosamente, no se mencionan fósiles.
Estoy de acuerdo con mi colega Jesús Aller en que literariamente la descripción benetiana está expresada de una manera brillante, con una retórica de gran estilo, pero desde el punto de vista geológico resulta incomprensible, cuando no inconsistente. Parece claro que, debido a su profesión de ingeniero de caminos, Benet debió de leer estudios e informes geológicos de la zona astur-leonesa, como las síntesis de Noel Llopis Lladó, o las explicaciones de las hojas del mapa geológico a escala 1:50.000, del Instituto Geológico y Minero de España. En definitiva, se puede decir que, en su conjunto, la prolija descripción geológica de Región es una hábil mixtura de ciencia y ficción, en la que se busca más el efecto literario que la coherencia científica.

Comentarios

  1. Como sabes, soy un benetiano confeso, y he leído "Volverás a Región" unas 2 ó 3 veces. Aún así, nunca había analizado tan a fondo esas páginas iniciales, tan aparentemente irrelevantes como inevitablemente necesarias para captar el espíritu de la novela (y de toda la serie regionata).

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Y eso que conozco a algún que otro benetiano que considera estas páginas un "tostón". Como siempre, cuestión de gustos.

    ResponderEliminar
  3. ¿Cómo? ¿Benet "tostón"? No, no me lo puedo creer...

    ResponderEliminar
  4. Gracias Miguel por tu comentario. Ya ves, Conde-duque, que hay gustos para todo.
    Por cierto, parece ser que haces mudanza. Que sea leve. Y puedes seguir siendo Conde-duque allá donde fueres.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Pìanos mecánicos

De Los organillos , de Henri-François Rey, publicada a principios de los años sesenta, recordaba más su versión cinematográfica, titulada Los pianos mecánicos como el original francés, que la propia novela. Yo estaba en Cadaqués el verano en que se rodó la película, y tuve la ocasión de ver de cerca a dos de sus intérpretes más conocidos: James Mason y Hardy Krüger. La protagonista femenina era Melina Mercouri, pero a ella no tuve la suerte de verla. El filme lo dirigió Juan Antonio Bardem y, aunnque no es una de sus mejores películas, sí es una de sus producciones internacionales de más éxito comercial. A Henri-François Rey, que pasaba largas temporadas en Cadaqués (Caldeya en la ficción), también lo  tenía visto por el bar Marítim o el café Melitón (título, por cierto, de su última novela). En su momento la novela fue un éxito de ventas y de crítica (llegó a finalista del Goncourt y ganó el Interallié).Leída al cabo de los años puedo asegurar que no solo se sostiene muy bien