PENSÉ QUE ERA HARRY
Me suele ocurrir. Una vez en el Teatro de la Plaza
cuando aún estaba en la plaza, volví la cabeza
mientras se encendían las luces y me vi allí con una chica
y otra pareja. Fuera, en el vestíbulo, le miré
y él miró hacia otra parte. Yo no le resultaba conocido.
Bueno, es cosa de dos, como se dice, y de todas maneras
no sé qué hubiera probado. ¿Usted cree que sabemos
quiénes somos? Los niños parece que lo saben. Una vez pregunté
a una niña. Dijo que había estado enferma. Dijo que se veía
diferente y se sentía diferente. Yo dije:
“Tal vez no eras tú. ¿Cómo lo sabes?"
“Oh, sí, era yo”, dijo ella, “sé que lo era.”
Esta parte ya no me preocupa
o al menos no como antes. No soy nadie más
y a fin de cuentas nadie. Todo el resto
lo desconozco. No sé nada.
Me chocó. Pensé que era Harry cuando le vi
y pensé: “Le preguntaré a Harry.” Sin embargo
no creo que él sepa. No es que me confunda.
No quiero decir esto. Si alguien apareciera y dijese:
“Pregúnteme”, no sabría por dónde empezar.
Ni siquiera tengo preguntas. Es la forma en que me desvanezco
como si yo fuera alguien de una foto expuesta a la luz.
Y a medida que el fondo se borra es como si despertásemos
en el crepúsculo equivocado y las cosas se volviesen grises y oscuras
cuando esperábamos que fuesen nítidas. De lo real
cada vez menos. No hay punto fijo. Las preguntas fijan
un punto, como las respuestas. Las cosas se mueven otra vez
y el único lugar a donde ir queda lejos. Estaba equivocado:
Lo que hay que hacer es obviar preguntas y respuestas
y todo lo que aprendemos es cuán sonora es nuestra ignorancia.
Esto es lo que quería hablar con Harry.
Usted se le parece. De todas formas, gracias.
(Traducción: J.O. De Life Supports: New and Selected Poems, 1982).
mm un poema muy prosaico...
ResponderEliminarmola!