Era un panorama extraño. En Barcelona, la habitual multitud nocturna paseaba Rambla abajo entre controles de policía regularmente repartidos, y la habitual bomba que explotaba en algún edificio inacabado (a causa de la huelga de los obreros de la construcción) parecía arrojar desde las calles laterales perqueñas riadas de gente nerviosa a la Rambla. Los carteristas, apaches, sospechosos vendedores ambulantes y relucientes mujeres que normalmente pueden verse en las callejuelas se infiltraban entre las buenas familias burguesas, las brigadas de obreros de rostro endurecido, las tropillas de estudiantes y jóvenes que deambulaban por la ciudad. La multitud se desparramaba lentamente por la Rambla, como un río de corriente oscura y crecida. Apareció un ejército de detectives, de bolsillos abultados, apostados en cada café, vagueando por la Rambla y enganchando, de un modo vengativamente suspicaz, a algunos transeúntes elegidos por alguna singular razón, hasta el punto de que incluso esta
Amigo Jorge, esta es la diferencia... Algunos habríamos necesitado una página para no decir más que lo que los elegidos apuntan en una línea...
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel Rojo
En mi opinion el libro TENGO UN MONSTRUO EN EL BOLSILLO es un poco redundante pero tambien divertido y me agrado el orden en el que el autor escrio el libro.Considero que deberia de contener imagenes uanque es una buena no poner,porque asi el lector desarrolla su imaginacion
ResponderEliminaren mi opinion el libro TENGO UN MONSTRUO EN EL BOLSILLO deberia tener imagenes
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