Pure noir (VII)

El nombre de la chica era Nancy Drake. Había sido amiga de Beaumonte durante años. Era una rubia esbelta con mucho gancho, de formas bien hechas y bonitos ojos grises. Todo en ella se mezclaba claramente con la perfección del salón. Las pinturas al óleo, los grupos armoniosos del mobiliario, la bella integración del color con la forma, eran en cada caso un trasfondo adecuado a la belleza tenue y cuidada de la mujer. En conjunto hacía un cuadro bien vistoso, pensaba Carmody. Un lujo bien organizado sin vencimientos de letras ni hipotecas. Tanto el salón como la mujer habían sido comprados y pagados por Beaumonte con dinero del bueno y a tocateja.
(Rogue cop, William P. McGivern, 1954)

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